¿Tres Días y Tres Noches?

Existe una considerable controversia respecto a la muerte y resurrección del Mesías. Durante muchos siglos se pensó que Yeshua murió un Viernes y resucitó al Domingo siguiente. De esa creencia surgieron días tan venerados como el "Jueves santo", "El Viernes santo" y el "Domingo de Pascua". Pero al mismo tiempo hizo que se cambiase el shabat semanal del séptimo día de la semana al primer día en honor del día de la resurrección del Mesías. Sin embargo, durante los últimos años se ha venido creyendo que Yeshua murió un Miércoles y resucitó al final del shabat semanal. La intención de ese cambio de doctrina era el rebatir la veneración del Domingo como el "Shabat Cristiano". Si se podía demostrar que Yeshua resucitó el séptimo día, ya no habría fundamento para el shabat dominical.

El propósito de este estudio es restaurar la verdad histórica del empalamiento en Viernes y la resurrección en domingo. Aquellos de nosotros que seguimos guardando el sábado santo no tenemos que volver a escribir la historia a fin de apoyar el guardar el shabat, puesto que los mandamientos de Yahwéh son inmutables. Si El, su Hijo, o los apóstoles no cambiaron los mandamientos respecto al sábado, entonces es preciso que continuemos observándolo en el séptimo día de la semana, a pesar de lo que hagan los demás.

El fundamento del empalamiento y la muerte en Miércoles se basa en una interpretación literal de Mat. 12:38-41: "Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos diciendo: --Maestro, deseamos ver de ti una señal. El respondió y les dijo: --Una generación malvada y adúltera demanda señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Ninivé se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la proclamación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar!"

Los que abogan por la muerte en Miércoles dicen que la señal del verdadero Mesías la demuestra el hecho de que permaneció en la tumba exactamente durante 72 horas, de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches. Continúan diciendo que cualquiera que crea que la muerte tuvo lugar en Viernes y la resurrección en Domingo cree en un falso mesías. Para entender el verdadero significado de estos versículos es preciso que estudiemos todo lo que dicen todas las Escrituras acerca de este acontecimiento.

En Luc. 11:29-30 encontramos un relato paralelo acerca de este encuentro con los fariseos: "Y apiñándose las multitudes, él comenzó a decir: 'esta generación es una generación malvada. Pide señal, y no le será dada ninguna señal, sino la señal de Jonás. Porque como Jonás fue señal para los habitantes de Nínive, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación.'" En este caso Yeshua nos está diciendo concretamente que Jonás mismo fue la señal y también nos dice que él, el Hijo del hombre, habría de ser la señal para la actual generación de Israel. El énfasis no está relacionado con la cantidad de tiempo que estos hombres permanecieron en sus respectivas prisiones, sino en los hombres mismos y en el mensaje de arrepentimiento que predicaban. Los ninivitas se apresuraron a arrepentirse, después de haber escuchado el mensaje de Jonás, pero sin embargo, la generación malvada de Israel no reaccionaría frente al mensaje de un mensajero mucho más importante.

Una señal es algo visible para el que busca señales. Los judíos querían una señal visible que resultase incluso más convincente que los milagros que realizaba Yeshua. La cuestión es: "¿de qué modo el viaje de Jonás en el vientre del gran pez fue una señal para los ninivitas? Según Jonás 2:10 - 3:3, una vez que fue vomitado por la boca del pez debía ir a Nínive. Ninguno de los habitantes de Ninive vieron cómo Jonás fue vomitado del pez ni tampoco él les habló acerca de su encuentro con el gran pez. Como ellos ni vieron ni se enteraron de lo que le sucedió a Jonás, no pudo ser una señal para los ninivitas. El mismo Jonás, como predicador del arrepentimiento que había sido enviado por Yahwéh, era la señal, no los tres días y tres noches que permaneció en su interior. De la misma manera, Yeshua mismo es la señal para esa generación malvada de Israel. El énfasis recae sobre el hombre y su mensaje, no sobre el elemento del tiempo que transcurrió.

En cuanto a la palabra hebrea "noche" y la frase "tres días y tres noches", leemos lo siguiente de "The Theological Wordbook of the Old Testament" (El Lexico Teológico del Antiguo Testamento) de Harris, Archer y Waltke, páginas 478 y 479. "Los tres días y las tres noches resultan instructivas en este sentido, según vemos en 1ª Sam. 30:12, El versículo 13 dice claramente: "Hoy es el tercer [día].' Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que la expresión es una fórmula estereotipada, que se aplica cuando se habla de cualquier parte de los tres días, no una afirmación de que hubiesen transcurrido exactamente setenta y dos horas." En otras palabras, están diciendo que es un modismo, una expresión típica del idioma hebreo. Un ejemplo de un modismo puede ser "está lloviendo a cántaros." Si alguien no estuviese familiarizado con el modismo español podría pensar que estaban cayendo literalmente cántaros del cielo. La frase "tres días y tres noches" es una expresión hebrea, que no hay que interpretar literalmente.

Esta manera de contar, en la que se incluiría cualquier parte de un día como si fuese el día entero, se llama "recuento inclusive". Encontramos un ejemplo de esto en el recuento de los días de Pentecostés. Lev. 23:16 dice concretamente que hay que "contar cincuenta días" a pesar de que la fiesta empieza tan pronto como comienza el día quincuagésimo, no cuando ha terminado. El recuento de los años sabáticos del Jubileo también es un recuento inclusivo. La "Jewish Encyclopedia" (Enciclopedia Judía) Vol. 4, pág. 474, confirma este método de recuento del tiempo diciendo: "Un breve espacio de tiempo de la mañana del séptimo día contaba como el séptimo día completo; la circuncisión se efectúa al octavo día, a pesar de que solo quedasen unos pocos minutos del primer día después del nacimiento del niño, considerándolo como el día entero.

El obligar a Mat. 12:40 a tener un significado literal da como resultado obligar a muchos otros pasajes muy claros de las Escrituras a decir algo que no dicen. Por ejemplo, un grupo con un Nombre Sagrado intenta demostrar que la visita al sepulcro, que se menciona en Marc. 16:2, tuvo lugar justo después de la puesta del sol, cuando el shabat semanal tocaba a su fin. La Versión Inglesa del Rey Jaime (KJV) traduce la palabra griega como "anateilantos", es decir "saliendo" en referencia al sol, implicando que el acontecimiento tuvo lugar el Domingo por la mañana. Sin embargo, realiza enormes esfuerzos por demostrar que "anateilantos" quiere decir "puesta del sol." Si eso fuese cierto, todos los versículos en que se hiciese uso de esa palabra, o una forma de la misma, debieran traducirse de la misma manera. Juzge el lector por sí mismo si los próximos versículos efectivamente pueden entenderse en el sentido de puesta de sol. (Mt.5:45; San 1:11; Lu.12:54; Mat.4:16; 2ª Pe.1:19).

Este mismo grupo intenta demostrar que Luc. 24:1 tiene lugar después de la puesta del sol, al final del sábado semanal. Dicen que la palabra griega "batheos" traducida como "por la mañana, muy temprano" en la KJV quiere decir "recién amanecido" o "el amanecer de un nuevo día." Como el día comienza al ponerse el sol, eso implicaría el final del Shabat. Sin embargo, este grupo no traduce "orthrou" con el significado de "el momento antes de que amanezca, por la mañana muy temprano." La misma palabra, en sus diversas formas, se usó en Hech. 5:21, Juan 8:2 y Apoc. 22:16. Una vez más, juzgue el lector cuál es el significado de "orthrou."

Según fuentes históricas, el guardar el Domingo fue algo que comenzó ya allá a mediados del primer siglo (150 de la E.C.) En aquel entonces las gentes estaban convencidas de que la resurrección había tenido lugar el Domingo y lo honraban de la misma manera que Israel ha honrado el Sábado. Llegaban a la conclusión de que la resurrección había sucedido en domingo, basándose en los relatos orales que les habían sido transmitidos de una generación a otra y gracias a los ejemplares de las Escrituras en griego. No podían haberse dejado influenciar por la versión KJV puesto que aún no había sido publicada. Por lo tanto, los argumentos acerca de palabras griegas concretas resultan irrelevantes puesto que las gentes de aquel entonces conocían su verdadero significado y, a pesar de ello, seguían observando el Domingo.

La expresión más corriente que usaba Yeshua para referirse a su resurrección era "el tercer día." Yeshua nos da un ejemplo muy claro de lo que quiere decir con "el tercer día" en Luc. 13:32: "El les dijo: --Id y decid a ese zorro: 'He aquí echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana y al tercer día termino.'" Yeshua se refiere a "hoy" como el primer día y "mañana" como el segundo día y el "tercer día" como el día 3. Quedase el tiempo que aun quedase del primer día, Yeshua lo incluyó en su cuenta. En la mente de Yeshua, el tercer día es el día después del de "mañana". "Mañana" es el día después de "hoy" y "hoy" es el día en el que estaba hablando. El día en que murió el Mesías, el 14 de Abib, era "hoy". El 15 de Abib era "mañana" y el 16 de Abib era "el tercer día." Teniendo esto en cuenta, podemos entender algunas de las otras referencias acerca de los tres días.

En Luc. 24:13-35 leemos acerca del encuentro que tuvo lugar entre Cleofas, su compañero y Yeshua. La reunión se celebró el mismo día en que las mujeres fueron al sepulcro y lo encontraron vacío. El versículo 29 muestra que era ya tarde aquel día y, por lo tanto, su conversación debió tener lugar durante las horas de luz del Domingo, o según afirma Luc. 24:1 en "el primer día de la semana."

La conversación con Yeshua empieza en el versículo 17. "Entonces les dijo: --¿Qué son estas cosas de que estáis conversando entre vosotros mientras camináis? Se detuvieron con semblante triste. Y respondiendo uno de ellos, Cleofas, le dijo: --¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las cosas que han acontecido en estos días? Entonces él dijo: --¿Qué cosas? Y ellos dijeron: --De Yeshua de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en palabra delante de Yahwéh y de todo el pueblo y de cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros dirigentes para ser condenado a muerte y de cómo le [empalaron]. Nosotros esperábamos que él era el que habría de redimir a Israel. Ahora, a todo esto se añade el hecho de que hoy es el tercer día desde que esto aconteció."

La última frase es sumamente importante porque el día en que estaban hablando era el tercer día desde que habían pasado las cosas acerca de las que estaban hablando. ¿De qué estaban hablando? Cleofas comienza su relato de los sucesos que acababan de tener lugar, comenzando por el arresto de Yeshua y finalizando con la muerte del Mesías. Cleofas dice: "hoy es el tercer día desde que esto aconteció." Por lo tanto, el Domingo fue el tercer día o el día 3. El Sábado fue el segundo día o el día 2 y el Viernes el primer día o día 1. Refiriéndonos a cómo entendía Yeshua el recuento de los días en Luc. 13:32, vemos que se contaba el día 1 como un día entero, sin tener en cuenta las pocas horas que pudieran faltar para que acabase el día. Aquel Viernes fue el 14 de Abib, es decir, la Pascua. A Yeshua le mataron al mismo tiempo que los israelitas estaban matando a sus corderos pascuales, a las 3 de la tarde y a pesar de que solo faltaban unas tres horas del día, seguía siendo el día 1.

Si intentamos aplicar las 72 horas completas respecto al tiempo que Yeshua permaneció en el sepulcro creamos problemas en relación con el texto. El Sábado, aproximadamente al mediodía, se cumpliría el período de las 24 horas; el Viernes, al mediodía, el segundo período de 24 horas y el Jueves, al mediodía, el tercer período de 24 horas. Cleofas acabó el relato de "estas cosas" con la muerte de Yeshua, que no sucedió el Jueves por la tarde. No hay base escritural para concluir que "estas cosas", se habían llevado a cabo sellando el sepulcro el Jueves.

De hecho, si examinamos los siguiente 13 pasajes de las Escrituras veremos que muestran con toda claridad que el recuento de los días comienza con la muerte del Mesías, no con su entierro (Mat.16:21; Mat.17:23; Mat.20:18,19; Mat.27:63,64; Mar. 9:31; Mar 10:34; Luc 9:22; Luc 13:32; Luc 18:33; Luc 24:7; Juan.2:19-21; Hec. 10:39,40; 1ª Cor.15:3,4).

En Mat 27:62-66, nos enteramos de algo muy interesante en relación con el sello que se le puso al sepulcro y los soldados que tenían que montar guardia. El versículo 63 dice que los principales sacerdotes y los fariseos se sentían preocupados por la profecía del Mesías, según la cual habría de resucitar al cabo de tres días. Por lo tanto, pidieron que se asegurase el sepulcro "hasta el tercer día." No cabe duda de que esa frase quiere decir "hasta que acabe el tercer día." Pilato concedió que se montase "guardia" y en un momento determinado los soldados sellaron el sepulcro y montaron guardia junto a él.

Si el Mesías murió, efectivamente, un Miércoles, y contamos el Miércoles como algunos prefieren hacer, en ese caso el Jueves, el día en que comenzó la guardia, hubiera sido el primer día, el Viernes el segundo día y el Sábado el tercero. Cuando se estaba poniendo el sol, al concluir el Shabat, se habría acabado la orden de asegurar el sepulcro "hasta el tercer día." Los soldados se hubieran marchado a sus casas para una buena y cálida noche de descanso. Sin duda a los soldados romanos se les daba muy bien obedecer ordenes al pie de la letra. ¿Pero qué sucedió?

En Mat. 28:1-4 vemos que los "guardias" o los que montaban guardia junto al sepulcro se sintieron mortalmente aterrorizados por el Angel de Yahwéh, que hizo rodar la piedra a un lado el Domingo por la mañana. Por lo tanto, los que habían sido nombrados para montar la guardia continuaron cumpliendo con su responsabilidad el cuarto día, aunque solo les habían dado orden de que lo hiciesen hasta el tercer día.

Sin embargo, si el Mesías murió el Viernes, poco importa si usamos el método hebreo o romano para llevar la cuenta. El Domingo habría sido el tercer día (hebreo) o el día dos (romano) de la cuenta, lo cual justificaría el por qué la guardia todavía se hallaba presente el Domingo por la mañana.

¿Y qué podemos decir de Mat. 27:63 y la frase "después de tres días"? ¿Se puede considerar que la resurrección tuvo lugar en domingo "después de tres días" si Yeshua, efectivamente, murió el Viernes? Los fariseos se referían a las palabras de Yeshua en Juan 2:19-21, cuando estaban hablando con Pilato. En el relato de Juan Yeshua dijo "en tres días." Esto muestra que "después de" puede ser un modismo que significa "en", que también se dice 2ª Cro. 10:5-12. En el versículo 5. Roboam le dice al pueblo que vuelva "dentro de tres días." En el versículo 12 el pueblo debía regresar "al tercer día." Da la impresión de que se usan alternativamente los términos "después", "dentro" y "en". Por lo tanto, "después de tres días" no quiere decir forzosamente "después de haber acabado el tercer día." Posiblemente quiera decir "después de que haya comenzado el tercer día", que concuerda con la manera hebrea de contar parte de un día como si se tratase del día entero.

El empalamiento en Miércoles suscita otro problema y los que defienden esta idea citan Mar. 16:1, diciendo que las mujeres llevaron especias cuando había pasado el sábado, creyendo que se trataba del shabat del 15 de Abib, que era en realidad un jueves, considerado como un shabaton. A continuación citan Luc. 23:56 para mostrar que las mujeres prepararon las especias antes del shabat, que dicen que se refiere al sábado semanal. De manera que tenemos dos Shabats, uno que caía en Jueves y el otro en Sábado, lo cual les obliga a situar los tres días enteros entre los versículos 55 y 56 de Lucas 23. Dicen que el versículo 55 tiene lugar el Miércoles y el 56 el sábado de la semana. Pero si leemos estos versículos con atención, veremos que las mujeres "regresaron" después de haber visto cómo José colocaba el cuerpo de Yeshua. No existe un espacio de tiempo entre los versículos 55 y 56. Las mujeres tenían ya las especies a mano el Viernes al regresar del sepulcro. Prepararon lo que tenían y se dispusieron para el descanso del sábado semanal y cuando terminó es evidente que consideraron que se necesitaban más especias, por lo que las llevaron el sábado por la noche, preparándolas esa misma noche y regresando al sepulcro el domingo por la mañana.

Finalmente, ¿qué relación tiene esto con las "espigas mecidas" y Pentecostés? El día en que se mecía la espiga era el primer día en el recuento de los 50 días de la Fiesta de las Semanas o Pentecostés (Lev. 23:15). Aquellos grupos que celebran la fiesta de Pentecostés en domingo apuntan a la resurrección y ascensión de Yeshua como el cumplimiento de las espigas mecidas. Eso es debido a que creen que el "sábado" a que se refiere Lev. 23:11 y 15 es el sábado semanal. Por lo tanto, los manojos de espigas mecidas deben ofrecerse siempre en Domingo. Los judíos de los tiempos del Mesías y ciertos grupos de creyentes de nuestros días entienden que el "sábado" de Lev. 23:11 y 15 era el sabatón del 15 de Abib. Por lo tanto, el día de las espigas mecidas sería siempre para ellos el 16 de Abib. Esta creencia, combinada con la creencia en un empalamiento en Miércoles, significa que el 16 de Abib cayó en Viernes en el año de la muerte del Mesías, lo cual hace que el cumplimiento de las espigas mecidas resulte imposible, puesto que Yeshua estaba aún muerto en aquellos momentos. Pero, si por el contrario, el Mesías murió en un Viernes, el 16 de Abib sería Domingo, haciendo posible por lo tanto el cumplimiento de las espigas mecidas juntamente con la resurrección y la ascensión en Domingo.

La muerte de Yeshua exactamente a las 3 de la tarde en el 14 de Abib cumplía perfectamente el sacrificio de la Pascua y, como vemos, las espigas mecidas también se cumplían a la perfección. Según la Mishna, las espigas se recogían poco después de que se pusiese el sol que ponía fin al shabatón del 15 de Abib. Esta cosecha se efectúo mediante la resurrección de Yeshua de entre los muertos, convirtiéndose en los primeros frutos de la cosecha espiritual de almas. En la mañana del 16 de Abib, se ofrecía el manojo de espigas al Sumo Sacerdote y eso era algo que se llevaba a cabo antes de las 9 de la mañana. Esa ofrenda se cumplió gracia a la ascensión de Yeshua al cielo y su aceptación, por parte de Yahwéh, como las primicias, cosa que sucedió el domingo por la mañana muy temprano, después de que Yeshua se encontrase con Miriam, según se nos dice en Juan 20:17.

Los judíos han tenido siempre la razón, en lo que se refiere a cuándo observar el Shabat, la Pascua y Pentecostés. Las iglesias cristianas y muchos de los grupos del Sagrado Nombre han estado observando estos días en ocasiones equivocadas porque han mal entendido las Escrituras. Una comprensión correcta de las espigas mecidas nos ayudará, sin embargo, a entender cuándo murió Yeshua, cuánto tiempo permaneció en el sepulcro y cuándo resucitó.

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